lunes, 6 de diciembre de 2010

december

Mis pies, helados, se encogen dentro de unas botas que corren, saltan y tropiezan por el adoquinado del centro. Ríos de lluvia estancados entre piedra y piedra reflejan las luces navideñas mientras ellos se empeñan en seguir pegados al suelo, acurrucados en unos calcetines no lo suficientemente gruesos como para impedir que sientan el invierno. No pueden entretenerse observando los soportales ni tampoco jugar a encontrar estrellas. Tienen una gran responsabilidad. Ellos hacen de guía, y la función está a punto de comenzar.

5 comentarios:

X dijo...

En Navidad, mejor ser ojos que pies. :-)

Antonio Moreno dijo...

Estudio de pie como herramienta de superación. Cuando decimos, venga que puedo acerlo, lo simbolizamos dando un pasito más.

Ay los pies, esos grandes desconocidos.

ele* dijo...

concuerdo con X. ;)

Kobal dijo...

¿Y cómo termino la función?

I dijo...

@X, ele* Sin duda ;)

@Nanete Tienes una larga trayectoria por delante y muchos pasos que contar. Sí, son esos grandes desconocidos y también esos grandes olvidados :(

@Kobal Con muchos aplausos! :) Mereció la pena, mucho.