lunes, 30 de agosto de 2010

mar

Salimos tarde de mi casa y llegamos más tarde a la suya. Un trayecto largo en kilómetros pero no tanto en sensación de cansancio, aunque llegamos agotados. Volví a pisar la arena de la playa después de dos años, y la del Mediterráneo después de muchos más.
Jugamos en la arena, nos bañamos, reímos, cocinamos, nos miramos a los ojos. Esa sensación de materialidad que nunca desaparece, que incluso se acrecienta. Y volver a casa con una sonrisa en los labios, de esas tontas, que no se borra. Y dormir sabiendo que en pocas horas comenzaría un nuevo día.

viernes, 27 de agosto de 2010

irme

Nunca había mirado el mail con tanta frecuencia.
Un minuto, otro, otro más, y la bandeja de entrada sigue en el mismo estado que la vez anterior.
Entiéndelo, la gente está trabajando, como tú, o de compras, aprovechando la mañana, y no están pendientes de si sale una ventanita en la parte inferior derecha de su monitor.
Pero es que hoy no puedo más. Tanto tiempo en espera al final ha llegado a su límite y siento que estoy a punto de explotar. Cuánto contraste con la sensación de esta mañana mientras esperaba el tren.
Será mejor que vuelva introducir en mi mente pensamientos agradables como esos. El fin de semana que en dos horas estará aquí.

miércoles, 25 de agosto de 2010

fuera

Esta semana está siendo agotadora. Puede que el calor tenga algo de culpa, esa maldita ola que anuncian y que me quema los hombros en los trayectos, y los pies. Dicen que el fin de semana será peor, pero no estaré en Madrid para comprobarlo. Me voy, y con muchas ganas, sobre todo de andar por la arena de la playa, una playa desconocida con la que me apetece encontrarme, y también con ganas de relajarme, cerrar los ojos y oler la sal y la humedad.

martes, 24 de agosto de 2010

Y en el pétalo de la esperanza pude ver tu nombre y el de otra mujer.
Suspiré tranquila, serás feliz otra vez.
Suelta ya mi mano, suelta ya mi mano.
Suelta ya mi mano, estaré bien.
(LOVG)

lunes, 23 de agosto de 2010

imagen

Se bajó de la estación de metro con la duda. ¿Izquierda o derecha? Decidió hacer lo más fácil, seguir a la gente que, al igual que ella, puso fin a su trayecto en esa parada.
Podía sentir el sol quemando su espalda. Sería un día caluroso, pero el frío viento de la mañana hacía que su piel se pusiera de gallina, distando mucho de la sensación de calor que la invadiría a la tarde, probablemente.
Mientras caminaba, junto con las canciones, un pensamiento resonaba en su cabeza. Fuerte, intenso, duradero. No podía olvidar aquella imagen. Sí, sí podía. Lo que no podía olvidar eran los sentimientos que le inspiraron, la fragilidad y la confianza disolviéndose como si recibiera una lluvia de agua hirviendo.
Y ahora todo aquello llegaba a su mente como un anuncio publicitario, capaz de inspirarla emociones pero sin recordar detalles. Sabía que no había cambiado nada, al menos nada físico, nada palpable, nada visible. Quizás ella había avanzado pero, por otra parte, a medida que pasaban los días esa situación le iba doliendo cada vez más.

sábado, 21 de agosto de 2010

tan simple como esto

Hoy por fin me he levantado de día, que eso de despertarse y ver que todavía es de noche no es que le dé mucha energía a las mañanas.
Hoy tengo un antiguo nuevo descubrimiento musical. En sus principios sonaban igual de bien que ahora.
Hoy tengo que buscar varias cosas, recorrer tiendas y acabar con los pies doloridos, pero espero que con la sensación de haber pasado una buena tarde y con la satisfacción de haber comprado al menos algo de lo que tengo que comprar.

miércoles, 18 de agosto de 2010

miércoles

Miércoles, el punto en el que la semana parece que vuelve a revivir. Un día relajado, una tarde con amigos y verte por la noche. Nueva música, viejas caras y el trayecto de siempre. No está mal para un día de trabajo.