Y de repente te diste de bruces con la realidad. Sabías que existía aunque no conocías su historia. Tampoco hacía falta conocer demasiado, ni querías hacerlo. Pero el gato quedó muerto por la curiosidad en ese mismo instante en el que tus manos temblorosas cerraron la frontera de la duda para abrir una nueva página con una certeza ya irrefutable. Bastó un segundo para arrepentirte de lo ocurrido, de encontrarte con lo que no estabas buscando, ya que no buscabas nada.
domingo, 30 de mayo de 2010
miércoles, 26 de mayo de 2010
:)
...El ruido de mis zapatillas cuando ando a oscuras por casa.
...Pintarme las uñas de colores.
...Caminar por mi facultad a primera hora y que huela a césped.
...Los primeros días de la primavera.
...Beber agua fresquita después de lavarme los dientes.
...Mirar (y coleccionar) bolis, rotuladores y cualquier artículo de papelería.
...Cantar por la calle cuando sé que no me escucha nadie.
...Pasear por largas playas del Cantábrico.
...Las fresas con nata.
...Sentir el viento en la cara.
...Que me beses en la mejilla.
...Escuchar una canción lenta antes de dormir.
...Los zumos de sabores exóticos.
...Las margaritas blancas.
...Leer las etiquetas de los champús, dentífricos...
...Pasar una tarde sola.
...Disfrutar de un buen concierto.
...Que me abracen.
...Sentirme pequeña al tumbarme en la cama.
...Las conversaciones que alargas durante horas por no perder esa magia.
...Llorar de alegría.
...Curiosear en las perfumerías.
...Los pueblos pequeños de calles estrechas.
...Las flores en los balcones.
...El sonido del mar. Y el de la lluvia.
...Encontrar mails nuevos en mi bandeja de entrada.
...Las gafas de sol.
...Las tormentas de Agosto.
...Los relojes de arena.
...Los nervios de las primeras citas.
...Las terrazas de verano.
...Pintarme las uñas de colores.
...Caminar por mi facultad a primera hora y que huela a césped.
...Los primeros días de la primavera.
...Beber agua fresquita después de lavarme los dientes.
...Mirar (y coleccionar) bolis, rotuladores y cualquier artículo de papelería.
...Cantar por la calle cuando sé que no me escucha nadie.
...Pasear por largas playas del Cantábrico.
...Las fresas con nata.
...Sentir el viento en la cara.
...Que me beses en la mejilla.
...Escuchar una canción lenta antes de dormir.
...Los zumos de sabores exóticos.
...Las margaritas blancas.
...Leer las etiquetas de los champús, dentífricos...
...Pasar una tarde sola.
...Disfrutar de un buen concierto.
...Que me abracen.
...Sentirme pequeña al tumbarme en la cama.
...Las conversaciones que alargas durante horas por no perder esa magia.
...Llorar de alegría.
...Curiosear en las perfumerías.
...Los pueblos pequeños de calles estrechas.
...Las flores en los balcones.
...El sonido del mar. Y el de la lluvia.
...Encontrar mails nuevos en mi bandeja de entrada.
...Las gafas de sol.
...Las tormentas de Agosto.
...Los relojes de arena.
...Los nervios de las primeras citas.
...Las terrazas de verano.
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esas pequeñas cosas
martes, 25 de mayo de 2010
Naranja
Y soplé la vela aunque no fuera mi cumpleaños ni hubiera nada que celebrar. El humo ascendía levemente formando figuras en la habitación vacía mientras la mecha alteraba su color naranja incandescente para convertirse en negra. Sin luz, sin fuego, muerta.
Hoy es naranja. No hay fuego pero tampoco hay noche, como un punto de inflexión a la espera de algo que no llega. Una chispa que no acaba de saltar, o bien un leve soplo que se lleve la luz a otra parte. Contigo, seguramente...
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divagando sin sentido,
sentimientos
lunes, 24 de mayo de 2010
Etiquetas
A veces nos empeñamos en poner etiquetas a las personas sin tener en cuenta que todo puede cambiar dependiendo del cristal con el que se mire.
De pequeña siempre me dijeron que era tímida e introvertida y, como tantas cosas que te dicen durante la infancia, lo acepté como ley. Ni siquiera sabía qué significaba introvertida. No recuerdo cuántos años tenía cuando decidí que no lo era, pero sí me acuerdo de cómo fue. No hicieron falta mas que una mesa, una silla, un diccionario y una chispa de curiosidad. Lo primero que me pregunté fue ¿por qué? Si yo no era así ¿por qué la gente ajena me había asignado ese calificativo?
Ahora, que con los años he aprendido a diferenciar la timidez de la introversión, me sigo preguntando por qué se asocian estas palabras de una forma tan ligera. Tampoco entiendo por qué nos empeñamos en calificar como x o y a cada persona. ¿Qué tipo de causalidad hay entre la esencia de una persona y la etiqueta que se le asigna? Una persona clasificada como agradable, ¿será tan agradable realmente o se verá forzada a serlo aún más para mantener la imagen que se tiene de ella?
Creo que, tomando como base nuestra propia personalidad, es inevitable que surjan pequeñas modificaciones en nuestra forma de actuar dependiendo de qué percepción tiene de nosotros la persona que tenemos enfrente, o de qué imagen le queremos transmitir.
Por suerte, no hay ninguna norma que refleje todo esto y la uniformidad de criterios queda muy lejos.
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reflexiones
sábado, 22 de mayo de 2010
delirios de... ¿grandeza?
Tengo unas ganas tremendas de salir a la calle. Es que esto del enclaustramiento voluntario no es nada bueno para el cuerpo, especialmente para el trasero, que se me va a quedar aún más plano de ir posándose alternativamente en sillas y sofás. Pero ¡hoy es el día! Probablemente cuando pise el portal de mi casa pensaré... "uooooo, pero qué grande es estoooo". Y es que siempre que termino uno de estos retiros voluntarios o que hago un paréntesis (que es mejor que hacer un kit kat, y engorda menos) me da la sensación de que la calle es enorrrrme,
No sé por qué me gusta compararlo con la sensación de después de un concierto. Parece que el mundo se ve de forma diferente.
Después de esta entrada pensaré seriamente en unirme al grupo "Jóvenes que después de varias horas de estudio empiezan a desvariar".
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sensaciones
viernes, 21 de mayo de 2010
Me gusta...
Sentir el placer de una buena ducha, notar como el agua empieza a mojar mi cabeza hasta empaparme el pelo, respirar el suave olor a cítrico que desprende el champú y ver cómo se va deslizando hasta perderse, unido al agua. Después, vestir el cuerpo con un aroma suave, silvestre, ése que deja en la piel un tacto tan agradable y fresco. Y respirar esos minutos de calma imperturbable, dispuesta a empezar un nuevo día.
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esas pequeñas cosas
martes, 18 de mayo de 2010
Definitivamente
Creí que me había deshecho de la última imagen suya aquél día que decidí cortar a pedacitos la foto que me dio y que descansaba en una cartera olvidada en un cajón. Hoy me he dado cuenta de que no era así al revisar la carpeta en la que guardo mis fotos donde, por casualidad, ha vuelto a aparecer su cara entre fotos de bonitos lugares y recuerdos que no lo son tanto.
Supr+Intro.
He saboreado cada pulsación.
No tiene lugar aquí. Ahora está todo perfecto.
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reflexiones,
sentimientos
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