¿Acaso no has notado ese tipo de conexión? Sí, seguro que sí, tienes que haberlo hecho. No puede ser algo unidireccional. Me hablas de esa persona a la que te gustaría encontrar algún día como una utopía, como si fuera imposible, o más bien poco probable. Me hablas de exigencias y requisitos, y también de voluntad y dedicación, de cosas que fueron pero ya no son, de historias pasadas y de historias que no fueron. Y sonríes, y mueves la cabeza como intentando apartar un pensamiento perdido mientras seguimos andando por una calle vacía.
jueves, 24 de junio de 2010
martes, 22 de junio de 2010
Start
Fin de exámenes e inicio de las prácticas. Al menos he tenido tres días para mí. Tres días de vértigo, tres días sin respirar, tres días con muchas cosas que recordar, y sólo míos. Algunas de esas cosas me cuesta interiorizarlas aún a día de hoy, no me parecen reales por lo inusual de la situación, pero lo fueron.
En cuanto a las prácticas me he llevado una buena impresión, aunque me gustaría ponerle al día rápido y empezar a hacer cosas. Así el tiempo se pasa más rápido. Lo malo es tener que madrugar tanto y no poder irme a dormir todo lo pronto que quisiera. El cansancio, acentuado por pasar tantas horas con la vista fija en una pantalla, se empieza a notar en el regreso a casa. Pero estoy contenta. A veces me da la sensación de que llevo aquí más que unos días, y creo que puedo hacerlo bien a pesar de que no me veo dedicándome a ello en un futuro.
¿Dónde estaré en Octubre? No tengo la más remota idea, pero espero que la respuesta no sea "en casa".
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jueves, 17 de junio de 2010
martes, 15 de junio de 2010
sms
Mi móvil me sobresalta. Un nuevo sms. Remitente: universidad. No podía ser de otra manera, pocos sms me llegan ahora de personas de carne y hueso. Palpitaciones. ¿Lo abro? ¿No lo abro? ¡Pues claro que lo abro! Si la impaciencia me está comiendo por dentro. Otra nota más, que también aparece en mi bandeja de entrada del mail. Y la misma sensación de las últimas 3: no está mal, pero me sabe a poco (algo que seguro no diré cuando llegue el próximo sms).
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sábado, 12 de junio de 2010
historias de un 8 de Marzo
Sara espera a Diego a la salida de sus clases. Quiere, por una vez, ser ella quien le sorprenda. Cuando sale ve que Diego anda muy deprisa hacia el otro lado de la calle. Allí hay una chica. Melena hasta los hombros, escasa, de un color caoba, con algunos mechones salpicando su frente. Tenía un aspecto informal, algo desaliñado, y apenas parecía que llevara maquillaje. Sara se sintió estúpida al verse analizando a una chica cualquiera, que simplemente estaba allí, así que decidió centrarse en Diego, que en ese momento se disponía a cruzar la calle tras la señal verde del semáforo. Un par de pasos más y Diego llegaría junto a esa chica, con una sonrisa cada vez más amplia. Sara, sentada en el coche, empezaba a ponerse más nerviosa a cada segundo. No podía pensar, miles de hipótesis pasaban por su cabeza a la velocidad de la luz pero no conseguía ser racional, como era siempre. Le latían las sienes, sentía sus pulsaciones en las yemas de los dedos y un vacío en su cabeza. Aquél paso de peatones se le hizo eterno.
Diego llegó junto a la chica que esperaba al otro lado. Se miraron, se sonrieron, se besaron. No fue un beso apasionado, pero daba la sensación de que aquella pareja se conocía bien, de que no era un encuentro ocasional. Sara no hubiera perdonado una infidelidad puntual, pero la posibilidad de un engaño durante un tiempo sería doblemente duro. Aún le costaba creer que Diego hubiera hecho algo así.
No lo pensó más. Salió del coche cerrando la puerta con rabia y se dispuso a enfrentar la realidad. Se acercó a él por la espalda y se colocó a su lado.
- Hombre, Diego, ¡cuánto tiempo! Has salido hoy muy pronto, ¿no?
- Perdona, pero... ¿nos conocemos?
- Ésa sí que es buena. ¿Fingir que no me conoces? ¡Por favor! Sabes tan bien como yo que es absurdo. ¿Se puede saber a qué estás jugando?
- Lo siento, pero creo que te estás confundiendo de persona...
- Increíble. ¿Quieres saber con quién te estoy confundiendo? ¡Contigo! Diego Arias, curiosamente con el mismo físico que tú, naciste en Madrid el 30 de Julio y sigues viviendo aquí, aunque durante un par de años cuando eras pequeño viviste con tus padres en Valencia. Te gustan los días grises, como hoy, los helados de yogur y Siete Vidas. Tamb..
- Espera, espera. Esto no puede ser. ¿Cómo sabes esas cosas? ¿Me has estado espiando?
- Venga, deja ya el cuento de que no me conoces.
- ¿Cómo te llamas?
- Sara. Sigo llamándome Sara.
- Sara, no sé cómo explicar esto. No sé, no lo entiendo. No sé de qué me conoces ni cómo has adivinado todas esas cosas.
- Es que no las he adivinado, me las has contado tú. Por si tampoco lo recuerdas, llevamos saliendo juntos algo más de un año.
- Eso es imposible. Salgo con ella desde los 21, y de eso hace ya dos años. Además, es la prim...
- ¿Dos años? Que yo sepa tienes 25, a no ser que me hayas engañado también...
- Tengo 23. Mira, 30 de Julio de 1984. 23 años.
- Sí, si estuviéramos en el 2008.
- Estamos en el 2008.
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divagando sin sentido
miércoles, 9 de junio de 2010
Tarde, mal y nunca
Fue curioso el encuentro de anoche. Los dos nos vimos aunque no hubo saludos de por medio. Ibas con una chica, hablabais y parecía que lo estabais pasando bien, de lo cual me alegro.
Aún recuerdo tu cara al encontrarme con B en el sitio de siempre. Es innegable que te sorprendió, igual que es innegable que intentaste excluirlo de la conversación no parando de hablar de cosas pasadas de las que no había sido partícipe, lo que no dijo mucho en tu favor. Las siguientes dos semanas me hablaste más que de costumbre, siempre banalidades que no llevaban a nada, intentando averiguar mi estado sentimental. Entonces pensé: "llegaste tarde". Yo te gustaba y tú a mí. Tú no querías nada serio entonces y yo no quería nada artificial. Fuiste el perro del hortelano, pero yo no estaba dispuesta a esperar por nada.
Ahora yo estoy con él, y tú con ella. Pero, por favor, no le sueltes la mano.
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martes, 8 de junio de 2010
Reflejos
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